El cuento de Arena y las pirámides de Egipto

Justo hoy, 23 de abril, día del Libro,  hace tres años que Manuel lanzó por redes sociales su novela. Aprovechando la publicación  de la segunda edición de “Las mariposas del recuerdo”, creo que es un buen momento para contaros donde está el origen del libro…Todos aquellos que lo habéis leído coincidiréis conmigo en que es una novela compleja. Una “historia de historias”, como solíamos decir Manolo y yo cuando alguien preguntaba de qué iba el libro. Siempre nos mirábamos, no teniendo  muy claro qué contestar, y acabábamos diciendo eso. Sabéis que el libro se intercala con pequeños cuentos, partituras y relatos que van dando forma a la historia que nos van mostrando los diferentes personajes. Sin embargo, hay un cuento que parece vertebrar y protagonizar la novela: El Cuento de Arena. Los que hayáis leído el libro sabéis que se va desvelando poco a poco a lo largo de sus páginas, con cuentagotas, pero nadie,  excepto Manolo y yo,  sabía el origen de ese cuento. Hasta hoy.

En abril de 2006 viajé a Egipto con mis compañeros de clase como viaje final de carrera. El día que visitamos la meseta de Guiza (cosas de la vida, justo hoy hace 12 años…)tenía un encargo especial: dos amigos me habían pedido que les llenara un tarro con  la arena que rodea las pirámides.

Cuando salí de la pirámide de Keops comenzó a llover, muchísimo. Recuerdo que el guía que nos acompañaba se echaba las manos a la cabeza, porque era inusual que en esa zona y a esa hora lloviera de esa manera. Nos refugiamos en una especie de chiringuito improvisado, y cuando paró de llover sabía que era el momento de recoger la arena. Arena mojada de las pirámides,  tan diferente, tenía un olor tan particular que parecía que podría purificar cualquier cosa que tocara…. Cuando llené las dos botellas me di cuenta que en la mochila llevaba otra botella más y en  ese momento se me ocurrió una idea. Llenaría esa tercera botella para regalársela a alguien especial, no sabía quién sería ni cuándo recibiría el regalo, pero sabía que en algún momento ese tarro de arena sería  adecuado para alguien…

El 22 de septiembre de 2007 Manolo y yo celebramos nuestro primer aniversario y  hacía tiempo que yo  sabía que el tarro de arena era para él. Sin papel de regalo, sin rodeos…le di la botella y le conté la historia…En ese momento sus ojos se iluminaron y de repente me dijo “Me acabas de dar una idea increíble para comenzar una historia…” Creo que fue en ese preciso instante cuando las mariposas comenzaron a desplegar sus alas, o quizás fue antes, en Egipto…

Ahora ya lo sabéis, sabéis dónde está el origen del libro… Pero esa no es la única historia mágica. Todos y cada uno de los cuentos que aparecen en la novela fueron regalos para mí. Cada año, el día de Reyes, en mi cumpleaños y en nuestro aniversario, siempre, había un cuento. Y luego, los reunió todos y fue capaz de darle forma a esa maravillosa historia, a ese canto a la vida que al fin y al cabo era Manolo en sí mismo…

 

Feliz San Jordi, Feliz día del Libro.